jueves, 21 de febrero de 2013

Antes de despertar debes conocer el dolor.

Una de las formas que tiene nuestro organismo de comprobar y alarmar a nuestro estado consciente de que sucede algo es el dolor.
Y además, el dolor es la única forma de experimentar la carencia de él. El no-dolor es un estado muy cómodo, aunque si desde que nacemos tuviéramos dolor hasta nuestra muerte, nuestro estado natural sería ese y un sólo segundo sin él, sería el aviso de que pasa algo, que hay en nuestro cuerpo un mal funcionamiento, y no nos gustaría, nos sentiríamos incómodos.



Todos sabemos que podemos definir dos tipos de dolor, el físico y el mental, pero yo creo que va tan unido que no necesitamos clasificarlo de este modo. Pienso que el dolor es uno, es irremediable y detecta nuestros problemas físicos y mentales.
Pero, ¿cuál es nuestra respuesta al dolor?
Pues es siempre negativa, así ha de ser puesto que nos desagrada y muchas veces puede llegar a ser tan intenso que nos puede horrorizar y llevar a nuestra máxima expresión degeneradora, destruir nuestros cimientos de educación y saber estar, y acabar "bestializándonos" de manera sublime.

No quisiera hacer aquí una "oda al dolor", por que además de que sería injusto para muchas personas que tienen que convivir a diario con él, sería una hipocresía por mi parte, ya que de momento poco puedo hablar sobre el dolor, por suerte para mi.

Pero aunque entiendo poco sobre el dolor, yo creo que el trato que se le debe dar a éste no difiere del trato que se le debe dar al resto de cosas que acontecen, al resto de sucesos por así decirlo, que fabrican nuestra sensación existencial.
Y a ese respecto, puedo decir que el dolor, todo el dolor, sea más intenso o menos, es en mayor parte SUBJETIVO. Es conceptual y entiéndase cómo lo digo.


Ciertamente los grados de dolor vienen sujetos a las causas que lo provocan, y a este respecto la química ha evolucionado lo suficiente para poder "tratarlo". Y es muy importante que las personas, tanto a nivel físico como psicológico eviten el dolor con medicamentos apropiados para ello.
Pero nosotros también podemos ser uno de esos medicamentos, o incluso el único medicamento, si el dolor es "soportable".
Se trata de tratar al dolor jústamente al revés de como lo hacemos. Nosotros primero, ante la aparición de éste, nos encojemos y cerramos los ojos, hacemos "fuerza" y con ello lo único que conseguimos es tensar todos nuestros músculos y nervios, con lo que lejos de desaparecer o mitigarse, aumenta o se nos hace más insoportable.
Pero hay otros modos... Podemos abrazar el dolor, entregarnos a él. Dejar nuestros músculos lo más relajados posible y dejar que nos invada, pues lo va a hacer de todos modos. El dolor es un impulso, un "aquí estoy", es como una consciencia. Si amigos, si mi ojo no me duele, no lo noto. Si mi brazo no me duele, no noto la sensación de brazo. Así pues, si el impulso "yo" no se hace presente, no sabríamos que estamos, no tendríamos consciencia. Con lo que si el dolor es ese "yo" haciéndose presente, podemos mezclarnos con él, dejándonos invadir. Ahora, una vez que el dolor campa a sus anchas por que no estamos haciendo esfuerzo alguno para "no conseguir absolutamente nada", entonces hacemos la práctica que sigue siendo habitual en un Buda... Tomamos distancia, de forma relajada y tranquila, alejamos nuestra consciencia del dolor, observándolo con todos sus detalles, como las ideas, sin imbuirnos pero sin friccionar para que se marche, dejándolo ir... por que si ha venido el dolor a vernos, en algún momento se marchará. No significa que el mal que nos aqueja lo haga, pero nunca estamos igual, nuestro cuerpo, así como la naturaleza en general, no es estable, no permanece siempre igual, cambia. Con lo que si viene el dolor, sólo significa que el dolor se marchará.
Realizar esta práctica meditativa en cualquier ámbito del dolor sea físico o psicológico, no nos iluminará pero nos ayudará a sobrellevar, junto a otras ayudas, cualquier dolor que haya decidido acompañarnos en el "ahora".

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7 comentarios:

  1. Complejo, muy complejo todo lo relacionado con el dolor.

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    1. Cierto Sol, hay muchos grados de dolor, Es complicado, pero creo que la mente nos puede dar alguna ayudita con ello.

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  2. la impermanencia lo disuelve todo . Gran entrada

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  3. Toda la razón Maikeru como Sol, es complejo el tema del dolor, en el momento en que somos conscientes de que tenemos dolor es cuando podemos elevar el umbral y conseguir que ese dolor sea menos dolor..

    Vivo cada día durante el trabajo diario el proceso de dolor, fisico, mental, emocional, anímico, estresante, dolor vario...si y pasan los años y puedo comprender que con la madurez llegas a controlar el dolor, a más joven menos toleracia y más mayores más tolerancia al dolor, es lo que solemos decir, que una persona está curtida en si por la propia vida y si, la madurez ayuda a saber controlar el dolor simpre teniendo presente que hay diferentes tipos de dolores, pero hablo en general...
    Me ha gustado este tema como cada lección diaria, pero daría por escribir y hablar bastantes post sobre el dolor.

    Me remito a lo que tu escrito finaliza, con el control mental el dolor es meno dolor..

    Un beso
    Gracias Maikeru, por esta nueva lección....
    Un beso

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    1. Quizás no es una cuestión de madurez, Carmeta. Hay personas mayores muy quejosas y jóvenes que no prestan atención al dolor por que tienen otras cosas que hacer.. cuando eres joven siempre hay algo que hacer. Yo pienso que es una cuestión de introspección. Hay personas más introspectivas que otras, y las más superficiales normalmente necesitan subconscientemente "que sepas que les duele". Abrazos Carmeta!

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