miércoles, 5 de junio de 2013

Budismo Zen para una vida mejor (IV).

Para acabar esta serie de entradas sobre el Budismo Zen desde un punto de vista muy particular y escrito para personas que están empezando a descubrir este camino de liberación o ésta práctica, quiero escribir sobre el camino mismo, la vía del Buddha.

Un camino de liberación nunca puede ser un cambio de dogma o de tótems. Un camino de liberación debe tener como su máxima, dejar de aferrarse, incluso al mismo camino de liberación.
Por eso cuando los ascetas del bosque vieron que Siddarta había bebido y comido ,se había limpiado y descansado ,lo rechazaron. Esta vía es la que nos propone el Budismo Zen, una vía de "en medio" donde no hay que sentarse en zazen por obligación ni hay que dejar de levantarse por la misma razón.
Esta vía que yo camino de forma muy particular, no entiende de dogmas, ni de eternos maestros. Los maestros van apareciendo día a día, por el camino que se abre ante uno, de forma totalmente espontánea y sin control por nuestra parte.
Tampoco estoy de acuerdo con los "iluminados" que ayer se sentaban en zazen y hoy han decidido que su liberación incluye no sentarse más a comprobar nuestra naturaleza. No es esa la vía del medio.
A éstos últimos, les compadezco pues habiendo descubierto su propia iluminación, su propia Budeidad, la han olvidado por no "comprobar" dicho estatus a lo largo del tiempo.



Es cierto que la vía la debe marcar el propio individuo, y también es cierto que al caminar sólo por esta senda a veces, como el no-camino sólo tiene un sentido y sólo se recorre una vez, uno se siente perdido y desearía que su perenne maestro le condujera al sendero. Pero entonces no sería una camino de liberación propio, sino del maestro.
Yo he elegido caminar sólo, comprobar mi estatus Búdico de forma espontánea pero sin dejar de hacerlo para recordar siempre mi verdadera naturaleza, y seguir el Tao a donde me lleve, siempre que no compita con mi estado egótico al que no debo alimentar en exceso, pero que no rechazo de ningún modo.

Hoy puedo decir que me acepto en mi forma personal, egótica  y transpersonal como soy.
Hoy puedo decir que acepto una naturaleza espiritual que nunca podré ver, por que el órgano conocedor no puede conocerse a sí mismo.
Hoy puedo decir que voy a seguir comprobando tal naturaleza, aquí y ahora. Y no sólo sentado, sino en cualquier momento, con la máxima atención.

Si las personas que empiezan o sienten atracción por esta práctica deciden "pasar a la acción", bienvenidos.
Si por el contrario, entusiasmados, corren a poner cartelitos zen en sus muros de FaceBook, bienvenidos.

Todos tenemos nuestro papel, nuestros pequeños dramas cósmicos. Aceptar ésto en cualquier persona, cosa o suceso y respetarlo es lo único que tiene importancia.

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2 comentarios:

  1. Nada mejor que experimentar; vivir, no publicar en redes sociales, eso me causó gracia pues yo era una de esas personas, aunque en parte si iba a los hechos, sin embargo ahora con mayor razón pues es importante reconocerse y verse cada día con la verdad. Te agradezco Maikeru por compartir con nosotros.

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