martes, 22 de abril de 2014

La perpetuidad, la impermanencia...

Cuando en diferentes ocasiones hablo de las personas y de las cosas (la substancia) como sucesos, intento que la idea de "movilidad" inherente en todo, quede plasmada. Si vemos a una persona como algo fijo, que no es cambiante a cada "ahora", nos sucede que acabamos separando al individuo de su propia existencia temporal. El individuo (u objeto) queda inmóvil, y son las circunstancias de su alrededor las que van cambiando, bien por un Dios que mueve todas esas cosas o por alguna otra explicación no demasiado lógica puesto que si hay algo que mueva la existencia, el individuo formaría parte de ese movimiento. Pero no es así como pensamos, sino que a la antigua usanza, cuando el geocentrismo era la base de los valores culturales del intelecto, acabamos creyendo de verdad que somos el centro y todo a nuestro alrededor se va moviendo y sólo cambiamos en cuanto a que nos suceden experiencias a consecuencia de ese movimiento que puede ser casual, o causado por otro como nosotros, inmóvil. Claro, explicado como yo lo estoy haciendo, parece todo una locura y una estupidez, pero es así como esta humanidad de hoy en día está funcionando.

Y todo esto es por que no nos paramos un poco a desarrollar la idea tan sencilla como la de que lo que se mueve somos nosotros. Pero... ¿A qué nos referimos con "nosotros"?
Cuando hablo de nosotros, hablo de algo que va de afuera hacia dentro y no al revés, como parece ser que es el entendimiento habitual. Pensamos en nosotros en primer lugar como "algo" que está ahí dentro, en nuestra cabeza o corazón (según culturas) y al que llamábamos "yo" y que ahora nos ha dado por llamar "alma" (y separámos del yo). Y va ampliándose (y separándose) hacia fuera. Nuestra cuerpo (envoltorio del alma), nuestro ecosistema, el planeta y las galaxias y más allá. Si, ahora también nos ha dado por pensar que aquello más allá de las galaxias y estrellas, todo el infinito universo es una prolongación de nosotros. En cierto modo es así por que nosotros "lo creamos" con nuestra mente. Pero como todo esto es una cuestión de ideas, y ninguna idea puede ser acertada en cuanto a que la recrea nuestra pequeña mente, quiero ir al revés en la operación mental que estamos desarrollando sobre "nosotros".



Pongámos que "nosotros" empieza en el infinito universo estrellado y vacío, y que ese universo contiene un planeta llamado tierra que tiene pequeños seres que vienen y van pensando que tienen una pequeña luz en su interior llamado "alma". Y que el movimiento universal que pueda parecer imperceptible en la lejanía estelar, se va ampliando a medida que nos vamos acercando al planeta de tal modo que cuando observamos al individuo este es el resultado de todos los movimientos de todas las galaxias del infinito universo, concretando en un "ahora" en continuo movimiento, un individuo sin alma que pensó que tenía una. Un individuo sin perdurabilidad, sin substancia, impermanente en todo su ser.

Debemos ser conscientes de ésto, para poder desprendernos, liberarnos. Nada perdurará en nosotros, por que nosotros somos la consecuencia de un universo que necesita que nada perdure. Y sin embargo, la perpetuidad está asegurada, por que dentro de trescientos años, si mi teoría es correcta y yo no soy un individuo sino que soy un acontecimiento (golpear de un teclado escupiendo estúpidas ideas, AHORA) seguirá un acontecimiento golpeando las teclas (para entonces igual no hay teclas) y escupiendo ideas, y no seré "yo"... pero es que "yo" tampoco es ahora... jajajajajajajaja :D

Siempre habrá un gato (gatear) en una ventana (ventanear), siempre habra un matar y un morir, un amar y un desamar, siempre habrá un necesitar y un complacer, siempre habrá un gusano (gusanear) y un capullo (capullear) siempre habrá un blogger (golpeador de teclear), siempre estará todo en acción, en continuo AHORA. 

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