lunes, 22 de febrero de 2016

La zona de confort.

En cuatro o cinco ocasiones he querido escribir sobre este tema y en las mismas lo he dejado estar, porque no se si puedo enfocar bien el tema sin entrar en cuestiones de mi historia personal, algo irrelevante y que no tiene ninguna importancia. Pero siempre se trata de escribir desde la perspectiva de uno mismo, aunque no se quiera hablar de uno mismo, así que... allá vamos.

¿Qué significa "la zona de confort"?

Pues podríamos decir que es una zona de "bienestar" donde hay cierta comodidad mental y física - puesto que no hay dualidad y cuerpo y mente son la misma cosa-, aunque no necesariamente debe ser "algo bueno", puesto que muchas veces encontramos esa comodidad en lo triste, melancólico, inferior, pesimista, etc...
Efectivamente, esta zona de confort se puede situar tanto en una fase anímica alta y optimista como en una pesimista y oscura, aunque también en una zona media, por lo que podríamos decir que siempre estamos entrando y saliendo de estas zonas de confort en algún aspecto de nuestras vidas.
Podemos tener unas zonas de confort en lo que se refiere a relaciones personales y sin embargo estas suspendidos en un vacío en cuanto al trabajo u otro tipo de cuestiones que pueden afectarnos en el día a día.


Incluso dentro de nuestra práctica Budista podemos entrar y salir de tales zonas de confort sin darnos cuenta de en qué punto general estamos con ella, en relación a nosotros como seres que expresan la vitalidad del universo o como egos, con nuestros "yoes" subiendo y bajando esos estados anímicos a toda hora.
Como podemos empezar a vislumbrar, el hecho de estar en una zona de confort a veces puede significar estabilidad pero por contra, es posible que estemos perdiendo oportunidades para nuestro desarrollo por otro lado, con lo que sin clasificar si las zonas de confort son "buenas o malas" deberemos comprobar qué ventajas y desventajas nos ofrecen en determinados momentos de nuestras vidas.

Muchas veces pienso en los jóvenes que desgraciadamente no encuentran un camino de futuro en sus vidas y se instalan en una zona de confort en la que reciben las comodidades de los padres y esperan a que cambie algo, cosa que no suele suceder así de golpe y cuando te has dado cuenta esa juventud arrolladora ha pasado a formar parte del pasado más reciente. De este modo, salir de la zona de confort puede ser liberador y gratificante, aunque uno no sepa dónde va o qué va a hacer. Coger una mochila con ropa y ponerse a caminar con algún rumbo fijado sin el colchón de la "paga semanal" a buscarse la vida, posiblemente sea lo mejor que un muchacho pueda hacer en estos días aunque pueda parecer una barbaridad. Es algo que personalmente debiera haber hecho cuando era joven y nunca hice, por miedo a perder lo que al final acabé perdiendo por quedarme en tal zona de confort.

Con esto no quiero decir que siempre sea bueno salir de tales zonas, porque dependiendo de a qué nos refiramos puede ser positivo quedarte en ella, tal como hacemos en Zazen con nuestro culo y sin embargo pese a que lo mejor que podemos hacer es sentarnos, cuando lo hacemos jústamente lo que pudiera ser una práctica de comodidad se convierte en "la eterna salida de las zonas de confort".

Y es justamente la práctica la que en estos años me ha enseñado dos cosas fundamentales:

La primera, que debí marcharme con la mochila cuando era el momento independientemente del resultado que hubiera podido salir de ahí.
La segunda que lo que pasó es inamovible e irrelevante y que "lo que hubiera pasado" es sólo una elucubración mental que quiere llevarme a una zona de confort donde la melancolía coexiste con el yo.

Descubrir y aceptar lo que fue y lo que es, seguramente es la experiencia más enriquecedora que he podido tener en mi vida, por lo menos hasta hoy.

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7 comentarios:

  1. Interesante perspectiva.
    Un abrazo grande

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  2. Interesante perspectiva.
    Un abrazo grande

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  3. Gran entrada Maikeru, palabra tan desconocida y tan de moda actualmente.

    Salirnos de la zona de confort, con miedo e inseguridad, da la oportunidad de avanzar y aprender


    Un abrazo amigo.

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  4. Me ha gustado mucho esta reflexion. Gracias. La foto de la cama es muy agradable, q inportante es donde se duerme, y lo q hay en habitacion.si cierto: en la juventud es cuando hay q cojer mochila, y conocer, buscar sueñid, o camino. Tambien media edad o en jubilacion pero ya no se tiene eda fuerza fisica, y en mediana edad: quien tenga hijos q los cuide y enseñe: valores y educacion.quien no tenga, nunca es tarde para aprender o cumplir un sueño, o viajar con sin mochila. Gracias. Saludos

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