martes, 17 de noviembre de 2015

La religión o la separación?

Lo reconozco, soy muy religioso. Y además fundamentalista y con el dogma siempre cubriendo mi cabeza.
Mi religión es muy clara y no permite salirte del camino ni un sólo momento.

Lo primero que aprendes cuando eres captado por esta religión, es que no tienes ningún poder de decisión sobre tu vida, sino que son los acontecimientos los que al final te llevan a tomar un camino, y siempre es el mismo puesto que siempre son las mismas condiciones, hasta que las condiciones cambian, algo fuera de nuestro alcance.

Después viene eso de que uno no es uno, sino que no hay nadie ni nada, con lo que todo es un suceso que baila, independiente de lo que uno crea que es. Eso me deja a la altura del betún, el hecho de no tener ninguna importancia en el universo me deja totalmente descolocado, pero además lo mejor de todo es que pese a no tener importancia, sin uno mismo, el universo no existiría, por lo tanto, lo que pudiera ser Dios es en realidad uno mismo, que encima no es nada.
Es de locos.
Así que jamás se me ocurriría coger un fusil para matar a nadie, no sería muy religioso si hiciera esto.
¿A quién iba a matar yo, si no soy un individuo y tan ni siquiera hay gente?

SOLO ME MATARÍA A MI MISMO.



Esta misma religión que me tiene atrapado, también me dice que cualquier otra persona, aunque profese la misma religión que yo ( y no digamos si profesa otras), ve el mundo de forma diferente a mi, por que la visión de cada ser humano es diferente al resto, aunque a veces parezcan exactas. Y todas estas forma de ver las cosas son igualmente válidas tal como la mía, aunque yo no lo entienda.

Luego, esta religión que profeso, me dice que el fundamentalismo que tanto amo es sólo una cortina de humo, y que no debo creer nada que no pueda experimentar por mí mismo. Que debo investigar, buscar y encontrar mi verdadera naturaleza y que todos, incluso el asesino que se ha cargado a unos cuantos en París, o el que ha aniquilado a otros tantos en Irak, o en Libia (si, los muertos son también todos iguales, sin distinción, aunque pueda parecer lo contrario), incluso el jefe de estado que manda misiles a los palestinos o el palestino que se viste de muerte para ir al restaurante israelí, también tienen esa naturaleza y que hay que intentar ser compasivo con ellos, aunque el estómago y ese "yo" inexistente digan lo contrario.

Así pues, soy esclavo de mi dogma. Soy de los que mueren, pero no de los que matan. Porque al final se trata de eso únicamente, por muy enrevesados que sean los conflictos donde se mezclan el terror de estado, la estupidez fundamentalista terrorista y el petróleo o el gas.

Al final no hay buenos ni malos, sino los que matan o mandar matar (o quieren hacerlo) y los que mueren. Yo soy de los que mueren, estoy con los que mueren. Y me compadezco de los que matan, vengan de donde vengan.
Y siendo así, no soy nada especial, no hay nada más en mi que una forma de ver el mundo, una sensación, el mundo mismo matando y muriendo.

Vaya religión que me he buscado...

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13 comentarios:

  1. Me alegro de leer esta entrada. He ojeado varios blogs budistas, o supuestamente budistas, y en casi ninguno se han hecho eco de lo sucedido en París. Tan solo he encontrado referencias, en España, en el tuyo y en el mío, y en Italia, en el de la Stella del Mattino.

    Mucha compasión y mucha no violencia, pero al parecer la mayoría de los (supuestos) budistas solo están interesados o en hablar de si mismos, o en promocionar sus dojos (si tienen uno), o en colgar citas de Ricardo Galeano, o poemas monos o canciones de vete a saber quién para mostrar lo sensibles y lo dignos de ser amados y atendidos que son. Es decir en mirarse el ombligo, actividad que está en las antipodas de lo propuesto por el Buda.

    Un abrazo

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    1. Estoy de acuerdo aunque sea de quienes no han reseñado el horror del viernes que viene desde tan lejos en todos los sentidos del tiempo y del espacio. No tenía ganas, la verdad, me quedé alelada leyendo los tuits y todavía me dura. En fin........

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    2. Gracias por comentar, Ane Elexpe :)

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    3. Totalmente de acuerdo con Roberto y muy buen texto. Al menos para mi.

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  2. Alguna reacción más, esta vez viene desde Brad Warner, bajista punk, enseñante zen y mantenedor del blog Harcore Zen. De Brad hay cosas que no me gustan, especialmente que pida donaciones a cambio de enseñar zazen (eso hay que hacerlo gratis), pero otras si, como en este caso.

    Podéis ver su entrada aquí: http://hardcorezen.info/paris/4109

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  3. Y otra más, esta desde Navarra y desde el oficialismo Soto. Menos mal, ya estaba yo empezando a perder la fe en la humanidad... zen.

    http://zennavarra.blogspot.com.es/

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    1. Ay Roberto, qué pronto pierdes la fe :D

      Otro más, y muy interesante:
      http://budismosecular.org/2015/11/17/tras-los-atentados-en-paris/

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    2. Y muchas gracias por descubrirnos nuevos blogs. Abrazo :)

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  4. Hace falta mucho valor para estar con los que mueren y tampoco estar contra lo que matan. Eureka amigo
    un abrazo

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    1. Hola Antonio, que bueno verte! Realmente es u discurso ejemplar, estar con los que mueren. Pero siendo realmente sinceros con nosotros mismos, es posible que ante el ataque en caliente, uno es un animal que intenta sobrevivir a cualquier circunstancia, es nuestra naturaleza. Eso no elimina la idea de estar con los que mueren o ser de los que mueren, porque bien pensado...

      "Soy la niña de doce años,
      refugiada en una pequeña embarcación,
      que se arroja al océano
      tras haber sido violada por un pirata.
      Y soy el pirata,
      cuyo corazón es aún incapaz
      de ver y de amar."

      Thich Nhat Hanh

      Un abrazo.

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