"La desautomatización es,
en teoría literaria, poética y lingüística,
un concepto creado por la teorías del formalismo ruso, en
concreto de Víktor Shklovski, y se define como un proceso por
el cual el espíritu creador del individuo irrumpe en el lenguaje
rebelándose contra su carácter colectivo y socializado, rompiendo
la relación estatuida y convencionalizada del lenguaje" -
Wikipedia -
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A la hora de escribir esta entrada quise buscar el significado del
término y me di cuenta que no iba a escribir sobre literatura, ni
poesía. Así que decidí no cambiar el título, aunque la entrada
que voy a escribir no se aplique a tal significado.
Cuando vas caminando por la calle, observas el paisaje que
aparece a tu alrededor, o te paras a saludar a alguien que conoces, o
simplemente estás pensando en tus cosas, como lo que hiciste o lo
que harás.
Otro ejemplo es cuando estás trabajando o cuando conduces un
vehículo. La atención esta puesta siempre en otra cosa, diferente a
lo que está sucediendo "ahora". A esto quisiera llamarle
"Automatización". Ocurre lo mismo cuando tu corazón
impulsa la sangre. Es muy paradójico pensar que el corazón es
impulsado por nuestro propio cuerpo (nuestro cuerpo somos nosotros)
para bombear sangre hacia él. Y del mismo modo, el propio cuerpo no
puede impulsar al corazón sin la sangre que éste impulsa hacia él.
Es un círculo automático que sólo
deja de serlo un instante, cuando pensamos en que tanto el corazón como el propio
cuerpo necesitan de los pulmones y del estómago para funcionar.
Entonces ampliamos el círculo pensando que los pulmones necesitan
ser ordenados por el cuerpo (la mente también es el cuerpo) para
coger oxígeno y del mismo modo esa mente sólo funciona con oxígeno
del propio cuerpo. Pero el oxígeno es algo externo al cuerpo y la
alimentación que llega al estómago también, con lo que podríamos
decir que el bocadillo que te estás comiendo también eres tu. El
bocadillo impulsa tu cuerpo, le da la fuerza necesaria para poder
comerse el bocadillo por el que es impulsado. Así pues, llegamos a
pensar (si nuestra mente se aburre) que cualquier órgano existente
tiene la función de impulsar a tu propio cuerpo (y mente) para que
ese propio cuerpo (y mente) pueda establecer una conexión hacia el
órgano existente. Y esto se puede definir perfectamente como un
único órgano retroalimentándose a si mismo. En un automatismo sin
fin.
Pero nuestra mente está al margen de todo eso (nuestra parte
consciente, claro). Ella va y viene por entre el pasado y el futuro
"sin darse cuenta" de todo esto.
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"La toma de consciencia"
Tomar consciencia de todo esto, de forma práctica, es
conseguir desautomatizarnos. Es bien cierto que el universo continua
igualmente, que ese órgano que describo funciona de todos modos, y
no importa demasiado si uno vive o muere, sigue funcionando
irremediablemente sin ti (sin tu yo), pero contigo, como único
órgano que se retroalimenta, pero lo que consigue es "existir".
Uno no puede existir, mientras hace alguna cosa como caminar,
en el pasado o en el futuro, en lo que hiciste o lo que harás (tu
mente eres tú). En esas ocasiones no estás existiendo como órgano
complaciente, que se retroalimenta a sí mismo. En esas ocasiones
estás muerto.
Sin embargo, si cuando caminas tu mente está en el caminar,
continuas disfrutando del paseo y saludando a éste a aquél,
experimentando las vistas, estés en ciudad o en el campo, pero tu
mente está saboreando ese "ahora" en el que caminas.
Incluso prestando atención a cómo tus piernas se mueven para
caminar, avanzando mientras mantienes el equilibrio, aguantando el
propio peso corporal... es toda una experiencia.
Del mismo modo, cuando comes, bebes agua o hueles un dulce al
pasar por una pastelería (o te lo comes), si estás en ese "ahora",
estás experimentando la propia consciencia universal.
Esa es a mi entender, la propia iluminación, la atención
consciente. Claro está que de vez en cuando, más veces de las que
quisiéramos, naturalmente entramos en esa oscuridad del automatismo
y nos vamos a otro lugar y nos alejamos del ahora. Esa es a mi
entender, la propia iluminación, la no atención consciente.
Y de una forma y de otra, completamos el círculo.
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