Esta entrevista fue realizada hace unos días en la imaginación de Maikeru Tenshi gracias a su super ego. El entrevistador aparecerá como una E y Maikeru como MT. Pueden ustedes poner la personalidad que ustedes quieran al entrevistador, sólo se ruega que sea alguien importante, como Carl Jung, etc...
E : Buenos dias Maikeru.
MT: Buenos dias, E.
E: Se considera usted Budista Zen?
MT: Mi práctica es la del Budismo Zen, pero me considero más Taoísta que Budista. Aunque mi consideracion es sólo una maniobra de mi mente, como usted ahora.
E: Qué es lo importante de la práctica para usted?
MT: Lo importante es no pensar en la práctica. Prestar atención en todo lo que se hace sin divagar.
E: Y lo consigue?
MT: Casi nunca. Soy un principiante, recuerde que estoy imaginándome una entrevista como si fuera alguien especial.
E: Entonces, qué mensaje intenta trasmitir usted en su famoso y galardonado blog?
MT: El mensaje está claro. Hay muchas personas que confunden la idea de meditación, la idea de amor, la idea de luz... mi intención es aclarar el error, pero desde la opinión personal, sin entrar en dogmas o verdades. Sólo son mis ideas respecto a este tipo de cosas.
E: Y qué opinión le merece la luz, por ejemplo?
MT: La luz es esclava de la oscuridad. Si no hay vacío no hay lugar para la luz. La luz por si misma no tiene cabida en este mundo. Donde más luz hay es en el lugar donde uno sabe que la oscuridad, lo desconocido que habita en el ser, es totalmente invisible a nosotros.
E: Hay católicos que le tacharían de "Satánico", tal como califican los escritos de la "new age" de Alan Watts.
MT: Si. Realmente lo que escribo es lo que Watts escribió en su vida de contemplación. Su forma de entender el mundo"descubrió" mi mundo. Lo del satanismo lo dejaremos para los enajenados.
E: Es cierto que, como dicen muchos practicantes, el Zen es básicamente la meditación sedente?
MT: No estoy de acuerdo. Creo que la meditación sedente es además de una herramienta cognitiva y saludable de alto rendimiento, una forma de "pasar el rato". De nada sirve hacer seis horas de Zazen si cuando regresas a casa tienes problemas con tu pareja o familia. El Zen es una forma de estar en el mundo, que comprende tanto la compasión y la aceptación como la acción resolutiva de los problemas, desde la "no acción mental", si es posible. Lo que llamamos "Wu Wei" en el Taoísmo.
E: Y por último... Cree usted estar iluminado?
MT: Por supuesto! Todo el mundo tiene esa semilla, puesto que "el mundo" no es algo individual o personal. Esa semilla es el propio mundo. Y dentro de esa semilla iluminada, hay oscuridades que aceptamos, pues el "ojo no puede verse a si mismo". El conocedor no puede ser objeto de su propio conocimiento. Así pues aceptamos la luz que nos descubre como realmente NO somos, o sea, como individuos separados y separadores, y aceptamos lo que se escapa a nuestro entendimiento, comprobando el hecho con la meditación o cualquier tipo de atención consciente, y aceptando que al no ejercer fricción o esfuerzo alguno para tal realización, a veces nos dejamos llevar por la mente y de ahí que esté teniendo lugar esta entrevista inventada. Realmente no hay nada que alcanzar, nada a lo que aferrarse.
E: Pues fue un placer entrevistarle, algo más que añadir?
MT: OM.
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jueves, 29 de agosto de 2013
martes, 27 de agosto de 2013
Los sentires y la compasión.
Nuestra mente, de forma poderosa, intenta actuar de la manera que sabe, tal como su código genético le dicta que tiene que hacer. Debe clasificarlo todo, de tal forma que no quede nada sin etiquetar, medir, apartar y separar del resto de cosas. Cuanto más separación, más aumentamos nuestra imagen, la que tenemos de nosotros mismos, esa que está en nuestra cabeza y que "manda" en el resto, cual maquinista conduce su máquina.
Hemos llegado hasta tal punto, que no nos resulta difícil recurrir a clasificar algo tan "desequilibrado" como los sentires. Y digo "desequilibrado" por que un sentir en alza o a la baja es un mejor sentir que uno que está en el medio, donde el sentir "es" pero no se intensifica en demasía.
Y la mente nos susurra al oído que esos sentires no conocen la mente, no andan por esos andurriales, sino que parten de otro lugar, de otro sitio... El alma.
El alma es la forma más complicada de clasificarnos definitivamente, pues incluso permanece una vez hayamos muerto. Qué felicidad, ser eternos!
Y así todo cobra un sentido, mi mente hace funcionar mi cuerpo, mi alma hace funcionar a mi mente, por lo que en primera instancia siempre habrá un alma ahí donde poder agarrarse, falle lo que falle. Y esos sentires los proporciona el alma, y la mente, aquella que codifica nuestros órganos "sensitivos", queda en un plano convenientemente apartado y clasificado, una vez más.
Pero yo me resisto a pensar de ese modo, me niego a pensar que la mente no es la creadora de todo lo que acontece, incluso de nuestros sentires más profundos, que se alían con nuestras sensaciones físicas y nos empujan a crear la poesía en las palabras, la lágrimas y las risas, las emociones que te abarcan el pecho.
Esos sentires son un producto de nuestra mente, realmente?
Pues si partimos de la idea fundamental de que nuestra imagen del "yo" es una ilusión, llegamos a la conclusión de que los sentires son otra creación de ese "yo", que necesita alimentarse de placeres, sentimientos de todo tipo, clasificarlos de forma positiva o negativa y cuanto más fuertes sean, mejor.
Si realmente nos hacemos cargo de que la idea de un "yo" no es más que la idea, nos debemos hacer cargo de que la mente es la constructora de todo lo que ese "yo" siente, y más allá de lo que fuera de ese "yo" siente, por que lo sentimental, es parte del juego, del patrón de la vida, puesta ante ti en esa mente.
Y surgen muchas preguntas, muchas dudas al respecto, pues... ¿Cómo vamos a vivir sin sentir, sin poder agarrarse a esos sentires que parten del alma?
No podemos, no debemos. Pero para que las palabras no nos lleven a terrenos pantanosos, podemos cambiarlas para así poder conceptualizar todo esto de tal forma que se pueda entender mejor.
Y aparece al palabra COMPASIÓN. (no confundir con la pena o lástima occidental)
¿Qué sucede con la compasión?
La compasión es una clasificación mental más, pero que nos acerca a la idea del sentir sin necesidad de que provenga de un alma, de algo "con personalidad" por que no hay personalidad en este universo. Simplemente, no existe. Vivimos en un mundo donde la realidad que subyace, lo que los Budistas llaman "la realidad última" no entiende de personalidad, pero si que "genera" mentes que tengan la posibilidad de "personalizar" el universo mismo. Y de este modo no personal, sin substancia y sin adjetivos la compasión se puede mover libremente, aunque sepamos que su significado también es un manejo mental. Por que la compasión es la delicadeza con la que el León abre sus piezas para comerlas, el mosquito inserta el aguijón en una piel o realizas un movimiento"no-mental" cuando alguien a tu lado va a caerse. Esa esencia natural que tiene cada individuo, cada ser, es la compasión. Y aunque para funcionar no necesite la mente, sólo vamos a poder "observarla" con la mente. Pero es un "sentir" (si queremos llamarlo así, nos alejamos de la idea real) impersonal, que no conoce substancia ni condicionamientos y sobretodo, no es "desequilibrado". No nos llenará el pecho de felicidad ni nos hará descender a las profundidades. Es un sentimiento equilibrado, sereno y no es nuestro, ni tuyo ni mio, es universal. Si intentas mentalizarlo, si intentas darle cualquier valor, pierdes el concepto.
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Hemos llegado hasta tal punto, que no nos resulta difícil recurrir a clasificar algo tan "desequilibrado" como los sentires. Y digo "desequilibrado" por que un sentir en alza o a la baja es un mejor sentir que uno que está en el medio, donde el sentir "es" pero no se intensifica en demasía.
Y la mente nos susurra al oído que esos sentires no conocen la mente, no andan por esos andurriales, sino que parten de otro lugar, de otro sitio... El alma.
El alma es la forma más complicada de clasificarnos definitivamente, pues incluso permanece una vez hayamos muerto. Qué felicidad, ser eternos!
Y así todo cobra un sentido, mi mente hace funcionar mi cuerpo, mi alma hace funcionar a mi mente, por lo que en primera instancia siempre habrá un alma ahí donde poder agarrarse, falle lo que falle. Y esos sentires los proporciona el alma, y la mente, aquella que codifica nuestros órganos "sensitivos", queda en un plano convenientemente apartado y clasificado, una vez más.
Pero yo me resisto a pensar de ese modo, me niego a pensar que la mente no es la creadora de todo lo que acontece, incluso de nuestros sentires más profundos, que se alían con nuestras sensaciones físicas y nos empujan a crear la poesía en las palabras, la lágrimas y las risas, las emociones que te abarcan el pecho.
Esos sentires son un producto de nuestra mente, realmente?
Pues si partimos de la idea fundamental de que nuestra imagen del "yo" es una ilusión, llegamos a la conclusión de que los sentires son otra creación de ese "yo", que necesita alimentarse de placeres, sentimientos de todo tipo, clasificarlos de forma positiva o negativa y cuanto más fuertes sean, mejor.
Si realmente nos hacemos cargo de que la idea de un "yo" no es más que la idea, nos debemos hacer cargo de que la mente es la constructora de todo lo que ese "yo" siente, y más allá de lo que fuera de ese "yo" siente, por que lo sentimental, es parte del juego, del patrón de la vida, puesta ante ti en esa mente.
Y surgen muchas preguntas, muchas dudas al respecto, pues... ¿Cómo vamos a vivir sin sentir, sin poder agarrarse a esos sentires que parten del alma?
No podemos, no debemos. Pero para que las palabras no nos lleven a terrenos pantanosos, podemos cambiarlas para así poder conceptualizar todo esto de tal forma que se pueda entender mejor.
Y aparece al palabra COMPASIÓN. (no confundir con la pena o lástima occidental)
¿Qué sucede con la compasión?
La compasión es una clasificación mental más, pero que nos acerca a la idea del sentir sin necesidad de que provenga de un alma, de algo "con personalidad" por que no hay personalidad en este universo. Simplemente, no existe. Vivimos en un mundo donde la realidad que subyace, lo que los Budistas llaman "la realidad última" no entiende de personalidad, pero si que "genera" mentes que tengan la posibilidad de "personalizar" el universo mismo. Y de este modo no personal, sin substancia y sin adjetivos la compasión se puede mover libremente, aunque sepamos que su significado también es un manejo mental. Por que la compasión es la delicadeza con la que el León abre sus piezas para comerlas, el mosquito inserta el aguijón en una piel o realizas un movimiento"no-mental" cuando alguien a tu lado va a caerse. Esa esencia natural que tiene cada individuo, cada ser, es la compasión. Y aunque para funcionar no necesite la mente, sólo vamos a poder "observarla" con la mente. Pero es un "sentir" (si queremos llamarlo así, nos alejamos de la idea real) impersonal, que no conoce substancia ni condicionamientos y sobretodo, no es "desequilibrado". No nos llenará el pecho de felicidad ni nos hará descender a las profundidades. Es un sentimiento equilibrado, sereno y no es nuestro, ni tuyo ni mio, es universal. Si intentas mentalizarlo, si intentas darle cualquier valor, pierdes el concepto.
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sábado, 24 de agosto de 2013
La vuelta, causa de depresión.
Los cambios que ocurren en nuestra vida, tales como el fin de las vacaciones, crean en nosotros sensaciones muy claras, como ligeras ( o no tanto) depresiones, languidez, ansiedad o un estado de "expectación" ante lo que significa volver al tedio y al día a día.
Y es algo normal en este tiempo, volver a plantearse (como siempre hacemos en esta época del año y al final de él) metas y caminos por los cuales caminar de forma decisiva y sin que el pulso nos tiemble. Siempre suele suceder que a los pocos días de haber vuelto, ya nos hemos olvidado de estas metas propuestas por nosotros mismos para intentar dejar escapar en esas ideas, el fruto de nuestra frustración de vivir de una forma que no queremos.
Nunca estamos de acuerdo con lo que hacemos, cómo vivimos, qué tipo de relaciones tenemos... y volverá a pasar otro año más del mismo modo, con las mismas ideas.
La propuesta que pasa por estas páginas no es la del Budismo Zen, ni del Hinduismo, ni siquiera de cualquier otra filosofía Oriental u Occidental, sino que es la propuesta de un individuo que está en el mismo lugar que todos vosotros, con el mismo problema vital y con una pequeña semilla que crece en su interior, una que todos tenéis y que podéis aprovechar desde ahora mismo... yo lo voy a hacer.
Tienes dos maneras de hacer las cosas, y el resto de ideas que puedas presentarte a ti mismo no causarán otra cosa que frustración u otra vuelta más en el círculo vicioso de tu vida (Samsára).
La primera forma de actuar ante el tedio es eliminarlo. Esto tendrá unas consecuencias en tu vida y debes tomarlo en cuenta, saber si estás dispuest@ a aceptar lo que pueda suceder de tus acciones. Puede ser tu trabajo, pues aunque ahora mismo es como un tesoro, es cosa de cada individuo y nadie debiera entrar a valorar esto, lo que hace en el lugar donde pasa muchos años de su vida. Acepta las consecuencias, por supuesto. Puede ser tu matrimonio, una amistad o cualquier cosa que te haga dar esa vuelta en el círculo anual de tu existencia.
La segunda forma de actuar ante el tedio es eliminar LA IDEA. Esto tendrá unas consecuencias en tu vida y debes tomarlo en cuenta, saber si estás dispuest@ a aceptar lo que pueda suceder de tus acciones.
Ya se que en ambos caminos debes elegir ciertos puntos que pueden llevarte al mismo lugar, O NO. No lo sabrás.
Y sólo tienes esas dos opciones amig@, no hay más. La tercera es la vuelta al Samsára, al círculo vicioso que año tras año te va envolviendo en cinta de frustración.
Como veis, ya he vuelto para pincharos un poco ahí donde más duele, pero si os sirve de algo, los pinchazos también me van a doler a mi.... Ay!
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Y es algo normal en este tiempo, volver a plantearse (como siempre hacemos en esta época del año y al final de él) metas y caminos por los cuales caminar de forma decisiva y sin que el pulso nos tiemble. Siempre suele suceder que a los pocos días de haber vuelto, ya nos hemos olvidado de estas metas propuestas por nosotros mismos para intentar dejar escapar en esas ideas, el fruto de nuestra frustración de vivir de una forma que no queremos.
Nunca estamos de acuerdo con lo que hacemos, cómo vivimos, qué tipo de relaciones tenemos... y volverá a pasar otro año más del mismo modo, con las mismas ideas.
La propuesta que pasa por estas páginas no es la del Budismo Zen, ni del Hinduismo, ni siquiera de cualquier otra filosofía Oriental u Occidental, sino que es la propuesta de un individuo que está en el mismo lugar que todos vosotros, con el mismo problema vital y con una pequeña semilla que crece en su interior, una que todos tenéis y que podéis aprovechar desde ahora mismo... yo lo voy a hacer.
Tienes dos maneras de hacer las cosas, y el resto de ideas que puedas presentarte a ti mismo no causarán otra cosa que frustración u otra vuelta más en el círculo vicioso de tu vida (Samsára).
La primera forma de actuar ante el tedio es eliminarlo. Esto tendrá unas consecuencias en tu vida y debes tomarlo en cuenta, saber si estás dispuest@ a aceptar lo que pueda suceder de tus acciones. Puede ser tu trabajo, pues aunque ahora mismo es como un tesoro, es cosa de cada individuo y nadie debiera entrar a valorar esto, lo que hace en el lugar donde pasa muchos años de su vida. Acepta las consecuencias, por supuesto. Puede ser tu matrimonio, una amistad o cualquier cosa que te haga dar esa vuelta en el círculo anual de tu existencia.
La segunda forma de actuar ante el tedio es eliminar LA IDEA. Esto tendrá unas consecuencias en tu vida y debes tomarlo en cuenta, saber si estás dispuest@ a aceptar lo que pueda suceder de tus acciones.
Ya se que en ambos caminos debes elegir ciertos puntos que pueden llevarte al mismo lugar, O NO. No lo sabrás.
Y sólo tienes esas dos opciones amig@, no hay más. La tercera es la vuelta al Samsára, al círculo vicioso que año tras año te va envolviendo en cinta de frustración.
Como veis, ya he vuelto para pincharos un poco ahí donde más duele, pero si os sirve de algo, los pinchazos también me van a doler a mi.... Ay!
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domingo, 4 de agosto de 2013
Vacaciones, Introspección.
El resultado de una gran temporada de escritos, aludiendo a los entresijos personales de una práctica de liberación, es agotadora pues llega un momento de "sequedad" mental donde ya queda todo dicho, donde ya hemos realizado una vuelta completa a los términos y sus tipos de traducción, a las formas de comprender tal o cual concepto, a la filosofía misma de las cosas, pero nunca a la explicación real de dicha práctica por que es imposible poder explicar o intelectualizar el fenómeno, si se le puede llamar así.
En ese estadio, solo queda dejar de escribir, hacer un alto en el camino, para realizar un acto de introspección, de práctica real de la comprensión de todo esto sin discursos, sin intelecto. Y este espacio vacacional es el ideal para poder hacerlo.
Así pues, haremos un alto en el camino de la "explicación" para adentrarnos, si estáis dispuestos a tal término, a "pasar a la acción". A sentarse y sentirse, a no hacer absolutamente nada, a realizar cuidadosamente un análisis real del "ahora", de lo que nos sucede como cuerpo-mente-ecosistema totalmente "no separados" por las ideas. Y pensaremos en qué queremos cambiar, enfocaremos nuestra atención en cómo queremos que ocurran las cosas y también en cómo debemos dejar que pasen algunas otras, sin fricción. Vamos, en estos momentos de vacaciones, a estar de acuerdo con el Tao.
Volveré en Septiembre, seguramente con nuevas ideas, con el mismo discurso, quizás visto desde otro punto de vista, más maduro. Volveré a hablaros de Zen, del Samsára y del Satori. Y volveré a deciros, tal vez con otras palabras, que sois Budas.
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En ese estadio, solo queda dejar de escribir, hacer un alto en el camino, para realizar un acto de introspección, de práctica real de la comprensión de todo esto sin discursos, sin intelecto. Y este espacio vacacional es el ideal para poder hacerlo.
Así pues, haremos un alto en el camino de la "explicación" para adentrarnos, si estáis dispuestos a tal término, a "pasar a la acción". A sentarse y sentirse, a no hacer absolutamente nada, a realizar cuidadosamente un análisis real del "ahora", de lo que nos sucede como cuerpo-mente-ecosistema totalmente "no separados" por las ideas. Y pensaremos en qué queremos cambiar, enfocaremos nuestra atención en cómo queremos que ocurran las cosas y también en cómo debemos dejar que pasen algunas otras, sin fricción. Vamos, en estos momentos de vacaciones, a estar de acuerdo con el Tao.
Volveré en Septiembre, seguramente con nuevas ideas, con el mismo discurso, quizás visto desde otro punto de vista, más maduro. Volveré a hablaros de Zen, del Samsára y del Satori. Y volveré a deciros, tal vez con otras palabras, que sois Budas.
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